Historia Sin Titulo Capitulo 3

Holi:

Bueno navidad y tengo una amiga de visita. Mil perdones por la tardanza!

Capi!



Capitulo 3

No esperó al amanecer, en plena noche se apareció delante de una puerta de madera, la muchacha cayó desplomada al suelo, estaba muy mareada. El maestro le explicó que eran efectos normales. Que se le pasaría pronto, cuando ella se pudo mantener en pie entraron en la casa y le enseñó una habitación con muchísimos libros y una especie de cama.

-Bien, es mi cuarto de estudiante, aquí te quedarás.-Le dijo mientras la dejaba en la habitación y la limpiaba con magia. –Aprenderás a leer y hablar en varios idiomas, empezarás por el arcano y el élfico.

-¿a la vez?-se sorprendió ella.

-Por supuesto, yo empecé con 4 idiomas a la vez y no me daban de comer hasta pudiera mantener conversaciones mínimamente fluidas en esos idiomas. –le comentó él como si fuera de poca relevancia. –No esperaba invitados y menos acuáticos... Intentaré prepararte algo mejor para esta semana ¿aguantarás?

Ella asintió, no era un problema estar lejos del agua una semana. Y se había dado un chapuzón hacía poco. Le explicó las normas de la casa, todas las mañanas le haría preguntas en alguno de los dos idiomas a ver como progresaba, le advirtió que de que le iría subiendo el nivel.

Por suerte para ella los libros estaban encantados, pensados para, precisamente, aprender a entender y hablar más o menos un idioma. Muchos eran principalmente cuentos que el maestro calificaba como infantiles.

Todos los días la misma rutina, dormir, despertarse, asearse, comer y leer. El maestro le explicó que había hecho varios encantamientos y a las semanas tenía un lugar donde nadar y pasar tiempo en su autentica forma sin sufrir ningún tipo de mala consecuencia por no hacerlo.

Tardó un mes en tener una conversación básica en élfico. La conversación fue más que nada una presentación: “hola, ¿Cómo te llamas? Yo soy Kida, y soy alumna del Maestro, me gusta nadar, y quiero ser una buena mujer el día de mañana”

Dos años más le costó defenderse en: mediano y enano. El maestro viajaba mucho y le ayudaba por que de vez en cuando intercambiaba alguna palabra, y practicaba un poco.

Con el tiempo, le subió el nivel y las exigencias, al no poderse deshacer del collar, tuvo que aprender otros campos relacionados con la magia, tónicos principalmente. Mientras ella estudiaba idiomas, él le enseñaba a elaborar pociones.


Como si aquello no fuera suficiente, decidió que su alumna tenía que ser capaz de defenderse con algo, un arma preferiblemente. Así que irían alternando un mes de pociones, un mes que alternaba con entrenamiento con armas. Y mientras Idiomas.  Y en su tiempo libre Kida practicaba con armas arrojadizas solo por diversión.

Kida llegó a pensar que se volvería loca, pero ese hombre, la cuidaba, protegía, y le enseñaba, ella era su aprendiz fiel. A pesar de no poder utilizar magia, el maestro le preparó una zona para ella, un lugar especial, encontró un rio y lo alteró para crearle a Kida un lugar donde nadar y estar en su ambiente. Estaba a unos minutos de la casa. 

Y estaba oculta en unas montañas. El maestro no solía salir mucho de su casa y como no tenía visitas ni había pueblos relativamente cerca no le preocupaba mucho lo que había alrededor. Al día siguiente de su llegada le había dejado un vestido, y a la semana tenía varios para cambiarse además de zapatos.


 La casa estaba protegida por encantamientos. Por si acaso alguien la encontraba o querían ocuparla o saquearla que no fuera precisamente fácil. Lo tenía todo bastante bien pensado.

Cuando Kida aprendió a reconocer los hechizos le preguntó cómo se aparecía siempre en casa. Él le explicó que había una piedra al lado de la puerta que estaba conectada con una que llevaba al cuello, así podría volver a casa desde cualquier lado del mundo.

Renuit, estaba contento con su alumna, hacía progresos y cuanto más tranquila estaba mejor avanzaba. Llevaban 5 años juntos y la muchacha le había cogido cariño, todo iba como él planeaba, pronto podría quitarle el collar, ella no se atrevería a herirle, al fin y al cabo, era su salvador y mentor.

 

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